Agenda de Desarrollo e Inversión en Juventud (versión resumida)

Se explicitan a continuación,  las finalidades, los enfoques estratégicos, los objetivos y las metas que se pretende priorizar desde la Agenda para el Desarrollo y la Inversión en Juventud.

A – Finalidades Generales y Específicas de la Agenda de Juventud

Finalidad General:

Construir y consolidar Sistemas Institucionales de Juventud, que permitan diseñar, implementar y evaluar rigurosamente Políticas Nacionales de Juventud integradas e integrales, que reúnan los esfuerzos de todas las instituciones del Estado, del Sector Privado y de la Sociedad Civil, para desarrollar (conjuntamente) repuestas pertinentes, oportunas y en gran escala, a los principales problemas que enfrentan las y los jóvenes, asegurando la plena vigencia y el más absoluto respeto a sus derechos (establecidos en la Convención Iberoamericana de Derechos de la Juventud), y asegurando (para ello) la más amplia inversión de recursos en este campo.

Finalidades Específicas:

  1. Procurar cambios relevantes en las percepciones dominantes en la opinión pública y en los tomadores de decisiones respecto a las y los jóvenes, vistos generalmente como un grupo de riesgo al que hay que asistir y controlar, a través de campañas comunicacionales y otras herramientas similares, procurando que sean vistos como sujetos de derecho y actores estratégicos del desarrollo.

  2. Procurar cambios relevantes en la dinámica de las políticas públicas de juventud, superando resueltamente los enfoques centrados en la construcción de espacios específicos para la juventud, la atención puramente sectorial de los diferentes “problemas” existentes (en la educación, la salud, etc.) y el desarrollo de intervenciones centradas en prácticas paternalistas y/o en el simple “empoderamiento” de las y los jóvenes.

  3. Incidir en los Ministerios de Economía y en los Poderes Legislativos, para que la asignación de recursos, a través de los Presupuestos Públicos, sean diseñados, negociados, implementados y evaluados con perspectiva generacional (y de género), a efectos de armonizar las inversiones en los diferentes grupos etarios y evitar las discontinuidades que muchas veces se producen, en el marco de políticas públicas que se aplican diferenciadamente a lo largo del ciclo de vida.

  4. Fomentar la más amplia participación ciudadana de las nuevas generaciones, especialmente en espacios universales (presupuesto participativo, control social de políticas públicas, desarrollo local, etc.) y no tanto en espacios específicos (consejos de juventud, parlamentos juveniles, etc.), a fin de asegurar la mayor y mejor contribución de las y los jóvenes al desarrollo humano de nuestros países.

B – Enfoques Estratégicos, Sustantivos y Metodológicos

  1. Considerar a las y los jóvenes, ante todo, como sujetos de derecho y actores estratégicos del desarrollo (relativizando los enfoques que los miran como un simple grupo de riesgo), asumiendo que las políticas públicas de juventud deben asegurar la vigencia de derechos (y no la simple asistencia a un sector vulnerable) y ser construidas con su participación protagónica.

  2. Dotar al conjunto de las políticas públicas de una efectiva perspectiva generacional (emulando el trabajo desplegado desde la perspectiva de género) apoyando el desarrollo de unidades y programas de juventud en las diferentes dependencias sectoriales del Poder Ejecutivo Nacional, en los municipios, en el Poder Legislativo y en el Poder Judicial.

  3. Trabajar con las y los jóvenes (obviamente) pero también (y fundamentalmente) con los adultos en general y con los que trabajan con jóvenes en particular (profesores de enseñanza secundaria, personal de salud que atiende adolescentes, policías, etc.) respaldando el empoderamiento de los primeros y la modernización de enfoques en los segundos.

  4. Reconocer como representativos de las y los jóvenes a aquellos agrupamientos, organizaciones y movimientos que los propios jóvenes construyen, eludiendo la tentación de promover espacios artificiales (afines al gobierno, por ejemplo) que no resultan atractivos para sus destinatarios y no cumplen con las funciones para las que son promovidos.

  5. Asumir como un valor (y no como un problema) la evidente diversidad cultural existente en nuestras sociedades, procurando responder con respuestas pertinentes y específicas, a las necesidades y expectativas de los diferentes sectores juveniles (hombres y mujeres, rurales y urbanos, de diversos grupos étnicos, con orientaciones sexuales diversas, etc.).

  6. Priorizar los enfoques promocionales por sobre las estrategias centradas en el control social, sobre todo en relación a adolescentes en conflicto con la ley y en lo que atañe al tratamiento de las diversas interacciones existentes entre jóvenes y violencias  (tanto en su calidad de víctimas como en su condición de victimarios) y con una efectiva perspectiva de género.

  7. Promover la efectiva articulación dinámica entre perspectiva de género, enfoque étnico y perspectiva generacional en las diferentes expresiones organizadas de la sociedad civil, priorizando el trabajo con movimientos de mujeres, grupos étnicos, organizaciones de derechos humanos, grupos empresariales y movimientos sindicales y campesinos, desde este tipo de enfoques integrados e integrales.

  8. Articular dinámicamente los espacios de generación y difusión de conocimiento académico, con los espacios de organización y movilización juvenil, y con las instituciones que operan en el diseño, la implementación, el monitoreo y la evaluación de políticas públicas de juventud, procurando que éstas cuenten con el sustento técnico y la legitimidad social correspondientes.

  9. Promover y practicar la rendición de cuentas, en tanto derecho de las y los ciudadanos y obligación del Estado, brindando regularmente toda la información disponible en relación con el diseño, la implementación, el monitoreo y la evaluación de políticas públicas de juventud.

  10. Fortalecer y consolidar a los Organismos Gubernamentales de Juventud como instancias centradas eminentemente en el cumplimiento de roles ligados con la articulación de esfuerzos y la dinamización de procesos, más que en la ejecución directa de programas y proyectos.

C – Principales Objetivos y Metas de la Agenda de Juventud

Objetivos Prioritarios:

  1. Desarrollar herramientas y acciones tendientes a generar los conocimientos necesarios para comprender cabalmente la condición juvenil y diseñar e implementar políticas públicas de juventud, sobre bases científicas, que puedan ser rigurosamente monitoreadas y evaluadas, a efectos de ir generando las correspondientes “lecciones aprendidas”.

  2. Desarrollar herramientas y acciones sistemáticas de formación de recursos humanos (Diplomados, Licenciaturas y Doctorados) en Políticas Públicas de Juventud, que permitan contar con las capacidades técnicas necesarias para operar dinámicamente en este campo, aplicando las orientaciones estratégicas y metodológicas antedichas.

  3. Diseñar e implementar campañas comunicacionales, con el apoyo de medios masivos y redes sociales, centradas en la promoción de imágenes adecuadas de las y los jóvenes, destacando que están más y mejor preparados que los adultos para lidiar con las dos principales características del siglo XXI: permanencia de cambio y centralidad del conocimiento.

  4. Asegurar la mayor sintonía posible entre los enfoques y las estrategias que se establezcan en las Políticas Integrales y los Planes Sectoriales de Juventud por un lado, y los Planes Nacionales de Desarrollo (y de sus correspondientes monitoreo y evaluaciones) con el fin de acercar las visiones predominantes en los diferentes sectores del gobierno y de la sociedad civil.

Metas Prioritarias:

  1. Contar, al cierre del primer quinquenio de implementación de la Agenda, con una Política Integral de Juventud y Planes Sectoriales de Salud Adolescente, Empleo Juvenil, Prevención de la Violencia y Fomento de la Participación Ciudadana Juvenil, en todos los países de la región, diseñados, implementados y evaluados entre todos los actores institucionales implicados.

  2. Contar, cada cinco años (a partir del inicio de implementación de la Agenda) con una Encuesta Nacional de Juventud, un Balance del Impacto de las Leyes aprobadas en el Parlamento en las y los jóvenes, y un Estudio de la Inversión Pública en Juventud (en el conjunto del Presupuesto Público) en todos los países de la región, aprobados por todos los actores implicados.

  3. Contar, cada tres años, con un informe que refleje el balance de las imágenes que sobre las y los jóvenes se difunden a través de medios masivos de comunicación, analizando las principales evidencias recogidas con los propios medios, para ir mejorando dichas imágenes, mancomunadamente con todos los actores institucionales involucrados en este campo.

  4. Realizar, cada 12 de agosto (Día Internacional de la Juventud) una reunión especial del Consejo de Ministros, una sesión especial del pleno del Congreso, una reunión especial de los Alcaldes de todo el país, y una sesión especial de la Suprema Corte de Justicia, dedicadas a analizar la situación de la juventud y la marcha de las políticas públicas de juventud.